La Sima de Matillas
miércoles, 4 de octubre de 2006 / 5.885 lecturas
¡Atención!
El acceso a la sima de Matillas está prohibido por señales verticales y por alambres de espino. A pesar de la precariedad de las protecciones de seguridad, le aconsejamos no acercarse: peligraría seriamente su integridad física. Haga el favor de no correr riesgos innecesarios.
En La Cuesta de la Alberca, en el margen norte de la vía del ferrocarril se encuentra una de las zonas más enigmáticas de nuestro pueblo: la sima de Matillas. (A decir verdad, la llamamos de Matillas aunque está tan cerca de Villaseca de Henares y de Cendejas de La Torre, que quizás la sima ni tan solo sea de Matillas). Hecho este breve inciso, cerca el Arroyo del Hocino aparece a nuestros pies la impresionante sima. Para meternos en harina, les diremos que una sima es una cavidad que se abre al exterior a través de un pozo o conducto vertical originado por la erosión en roca calcárea o por el derrumbe del techo de una cavidad. Para entendernos y hablando en cristiano, la sima se crea porque el agua subterránea (o filtrada) ha erosionado la roca de tal modo que ha abierto cavidades, haciendo caer el techo y dejándola aflorar al exterior. Los materiales del terreno (roca carbonatada, calcárea, caliza y estratos yesíferos) son solubles al agua de rios y escorrentías de agua de lluvia y propician la aparición de este fenómeno geológico. Para que se hagan una idea, estas formaciones son degeneración y primas hermanas de las dolinas que han aparecido al paso del AVE por Zaragoza.
La sima de Matillas está vetada al paso por señales y alambre de espino, dada su extrema peligrosidad (como podrán comprobar en las imágenes que ilustran este reportaje). La sima, de incendental valor espeleológico, tiene una profundidad considerable, de unos 18 o 20 metros y paredes severamente escarpadas. Aunque científicamente desconocemos su origen geológico, todo apunta a que el paso del agua hacia el río Henares haya ido desgastando el susbuelo. Quizás algún cauce subterráneo conecta la zona con el cauce del río (cosa que no es descabellada, pues en el Barrio de Los Pozos los acuíferos siembran la zona). Cuentan algunas macabras habladurías que en tiempos la sima fue usada como escenario para ajusticiamiento canino. Otras leyendas siguen la historia y nos hacen creer en la providencia divina: algún perro logró escapar de tan infausta suerte y regresó de nuevo a su hogar, dispuesto a “sentenciar a su miserable amo”. Y es que, al final, la justicia existe.
En caso de no poder visualizar las imágenes del video superior, pueden abrir las imágnes haciendo click en estas miniaturas:
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Este artículo fue escrito el miércoles, 4 de octubre de 2006 a las 20:48 y está guardado en la categoría Curiosidades. Puedes seguir los comentarios de este artículo con el RSS 2.0 feed. Both comments and pings are currently closed.
