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Las casas de los valencianos ya son historia

Que el patrimonio de Matillas se cae a cachos es una evidencia. La última baja que tenemos que lamentar son las casas de los valencianos, que si bien presentaban un estado ruinoso, se medio mantenían en pie.

Así estaban en Septiembre de 2014:

 

Pero sus pilares no han aguantado más y los tejares y el resto de casas son tan solo escombros, perdiendo el pulso con la historia.

Tal como están a día de hoy:

Casas Valencianos

Casas Valencianos

 

Casas Valencianos

 

Sí, la historia de Matillas se nos escapa lentamente.

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domingo, 23 de agosto de 2015 / Comentarios desactivados en Las casas de los valencianos ya son historia / Por Equipo Matillas.org




La cara y la cruz del Gurugú

Como si fuera un decorado de una película:

La cara…

Cara Gurugú

… y la cruz

Cara Gurugú

Esta es nuestra historia.

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domingo, 21 de junio de 2015 / Comentarios desactivados en La cara y la cruz del Gurugú / Por Equipo Matillas.org




¿Vivimos en base a subvenciones?

Desde que cerró la fábrica, los recursos propios de Matillas son poco o nada.

Con poca capacidad para desarrollar una bolsa económica para gestionar el pueblo, gran parte de las obras son acometidas a partir de proyectos de desarrollo y sostenibilidad rural.

Matillas suvencionado

 

Si hacemos memoria, ahí tenemos los planes cofinanciados por los Fondos Estructurales de la Unión Europea:

Proder

Leader II

Leader Plus

 

Matillas suvencionado

 

Por ahí también tenemos el Plan E (Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo) y los Planes Provinciales de la Diputación de Guadalajara. Súmenle la pléyade de Mancomunidades y grupos a los que estamos adscritos: «Aguas del Bornova«, «Alto Henares-Badiel» y Adel Sierra Norte.

Seguramente nos queden muchas en el tintero, pero tengan en cuenta que estamos hablando tan solo de incentivación pública al desarrollo municipal.

Sin embargo, estaría bien recordar que en el campo muchos cultivos se plantan en base a subvenciones públicas.

¿Se acuerdan del tema del lino?
Sí, aquel que se pudría en los terrenos de la fábrica hasta que espontánemente provocó el mayor incendio de Matillas en tiempos… Pues sí, estaba subvencionado.

¿Una más? ¿Porqué les dio a todos los pueblos por tener una planta solar?
Es una larga historia, pero sí, estaba subvencionado. Hace 3 años el gobierno suspendió las primas a las nuevas instalaciones de energías renovables. Muchas no estaban ni amortizadas.

 

Nos quedan muchísimas en el tintero, pero si fuéramos un empresa estaríamos en bancarrota desde hace mucho tiempo. Sin recursos ni perspectivas, las subvenciones son el aire que necesitamos para sobrevivir.

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martes, 12 de mayo de 2015 / 1 Comentario » / Por Equipo Matillas.org




El último Costa Brava

Expreso Costa Brava
Imagen Propiedad de Diebmx. Enlace Flickr y Ferropedia

Los señores de Renfe se han decidido a matar la línea de tren tradicional. Como habrán podido comprobar, desde hace algún tiempo por nuestras vías apenas circulan cercanías y algún que otro mercancías.

De los tiempos de los Expresos y los Talgos no hablamos, pero a las bajas que todos conocemos, tenemos que sumar la última del Expreso Costa Brava, que llevaba activo más de 50 años.

El 6 de abril de 2015 el Expreso nocturno Costa Brava hizo su último viaje. Ese tren unía Madrid con Barcelona y la frontera francesa. Con sus asientos de 1º, de 2ª y sus literas, viajar en él era toda una aventura iniciática.

¿Que quiten un tren es importante?

Pues según se mire…

Para nosotros, que quiten el Costa Brava nos toca la fibra. Al Costa Brava le guardábamos un especial cariño los que vivíamos a los pies de las vías. Siempre recordaremos cuando salíamos a tomar el fresco y a eso de las 23:00 apabullaba un larguísimo convoy que nos hacía pausar la charla durante su paso.

50 años que se han ido de un plumazo. 

Renfe se lava las manos con números diciendo que tenemos un servicio rápido y de calidad con el AVE. Y que si los necesitamos, que tomemos el primero o el último del día. Lo que no hablan es que mientras que al Costa Brava te subías en Sigüenza, para tomar el AVE debe ir a Guadalajara . Además, los precios del AVE no son muy populares (por más que se llenen la boca con descuentos y promociones).

Ahí lo tienen, Renfe es el verdugo del tren convencional. Y nosotros aquí viendo como nuestro tren de toda la vida se marchita poco a poco…

Más info

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miércoles, 6 de mayo de 2015 / Comentarios desactivados en El último Costa Brava / Por Equipo Matillas.org




Dos supervivientes del accidente de tren de Matillas de 1945 nos cuentan su historia

El 20 de Diciembre de 1945 Matillas vivió el mayor accidente de ferrocarril de su historia: en el punto kilométrico 115, el tren Rápido Barcelona-Madrid arroyó un mercancías que estaba haciendo maniobras en la estación. En el accidente hubo 9 fallecidos y más de 21 heridos.

Recorte prensa Accidente tren Matillas 1945

Hace un tiempo hicimos un artículo con la información que obtuvimos en gran parte de los diarios de la época(ABC, La Vanguardia). Pues bien, hoy hemos recibido un correo de Alessa Alamillo, lectora de Matillas.org. Así empezaba el correo:

Hola,

Me dirijo a ustedes porque he topado con su página web al buscar noticias sobre ese accidente del que mi madre tantas veces nos ha hablado y que vivimos las dos en primera persona.

Ella contaba 25 años y ahora -con buena salud- tiene 94. Yo haré 70, pero entonces tenía seis meses. Naturalmente los recuerdos son de mi madre, María Asunción Sanz (Maruja para la familia).

Yo recojo noticias de mi familia y esto lo tenía escrito.

Ahora, al ver la dirección su web, se me ocurre que tal vez sea una curiosidad más y por eso decido enviarles mi relato.

Por lo demás, nunca hemos conocido su pueblo, pero no lo descarto y menos ahora.

Un saludo cordial,

Assela Alamillo

Pues bien, ya que les hemos puesto en antecedentes, queremos agradecer la confianza de Alessa para compartir su historia ¡Muchas gracias!

Aquí tienen la historia de Maruja Sanz y su hija Alessa, supervivientes del accidente de tren de Matillas del año 1945:

Dos protagonistas del accidente de tren de Matillas (20 de diciembre de 1945)

Mi madre, Maruja Sanz, a sus 94 años, sigue evocando en ocasiones y narrándoselo a sus nietos, su experiencia, con toda razón imborrable, del accidente que vivió en primera persona esa fatídica noche de diciembre cuando se dirigía conmigo, su primera hija de tan sólo seis meses a reunirse con su familia política en Madrid para pasar las fiestas navideñas en su compañía. Mi padre, por entonces en el Ejército, tenía guardia esa noche y ella había decidido hacer antes el viaje a instancias de los abuelos paternos, deseosos de tener consigo a la pequeña nieta, por entonces todavía lactante, acomodada en su capazo.

Ellos tenían el domicilio familiar en Zaragoza, de donde es natural mi madre y toda su familia y en donde su padre, Luis Sanz, poseía una fábrica de jabón. Un antiguo empleado de la fábrica, de nombre señor Manuel, borrachín empedernido, se despidió del trabajo aunque manteniendo buenas relaciones con su antiguo patrón y desde entonces se ganaba la vida haciendo la cola en la Estación de Ferrocarril para sacar billetes a otras personas a las que les evitaba así las largas y pesadas esperas ante las ventanillas, como era usual por entonces. Ellos, a cambio, le daban una propina. El señor Manuel fue el que sacó el billete para Maruja. El destino les va a hacer pasar uno de los peores momentos de su vida.

El tren llega con retraso y Maruja se ve en el recuerdo paseando por el andén de la estación con el padre que la acompaña, cruzándose con los demás viajeros, entre otros un grupo de soldados que departen alegremente disfrutando ya de las vacaciones que inician, a la espera de que la humeante máquina entrara en la estación. Se acomoda en su compartimento al lado de los viajeros que le acompañan y el tren sigue su lenta marcha. Frente a ella se sienta otra madre joven con una niña más pequeña todavía a la que al cabo de unas horas han acomodado en el suelo sobre una manta a modo de improvisada cuna. El viaje va transcurriendo normalmente hasta que el tren llega a la estación de Matillas, pequeño pueblo de la provincia de Guadalajara, entre Sigüenza y Jadraque. En ese punto, llegada ya la oscuridad de la tarde invernal, el tren choca de frente con otro mercancías que salía de la vía de servicio y del golpe caen las dos locomotoras y descarrilan varios vagones. El brusco movimiento que, como consecuencia del choque, se produce en todos los vagones hace que en el compartimento donde viaja Maruja los viajeros se desplacen violentamente hacia adelante y que el equipaje que se colocaba encima de los asientos en unas estanterías con gruesa red, caiga bruscamente abajo. Por ese tremendo topetazo la pequeña niña que estaba durmiendo sale despedida hasta debajo del asiento contrario y un segundo después una de las maletas cae con fuerza en el mismo espacio donde hasta ese momento había estado la niña. El desplazamiento le libró de una muerte segura pero la maleta rompe el biberón donde la madre llevaba la leche que tenía que alimentar a la pequeña y que ya era hora de tomarlo. Las dos bebés lloran desconsoladas pero Maruja consuela a su hija dándole el pecho. Luego lo hace con la otra niña aunque ya no puede saciarse como hubiera querido porque le queda muy poca leche.

Aún no saben lo que ocurre pero el ambiente es trágico. Se apagan las luces y se oyen gemidos y gritos que resuenan en la oscuridad al tiempo que perciben pasos precipitados y carreras por el andén. Poco a poco circulan las noticias por los asustados viajeros y se van enterando que ha habido muertos, unos veinte, y bastantes heridos. En su compartimento no se han roto los cristales y al cabo de poco tiempo aparece el revisor para pedirles que lo abandonen porque lo necesitan para colocar en él a un herido que, con las piernas rotas, se lamenta con grandes gritos lastimeros. A ellas las trasladan a otro donde los cristales se han hecho añicos y sienten el gran frío que en la invernal noche entra por los huecos al tiempo que empieza a llover. Les anuncian que están esperando que llegue de Madrid un tren de socorro que los conducirá hasta el destino y el tiempo se hace eterno. Van transmitiéndose noticias más precisas sobre lo sucedido y sobre la suerte de algunos de los viajeros. Maruja se entera con tristeza de lo que ha acaecido con el grupo de soldados que subieron con ella en Zaragoza. Un poco antes del accidente uno de ellos les invita a los demás a ir al vagón bar a tomar una bebida pero no tiene éxito en su propuesta y a pesar de ello decide irse él solo. Esta decisión le salvó la vida porque todos sus compañeros murieron en el choque.

El señor Manuel que por su nuevo oficio pasa las horas en la Estación, se entera pronto del accidente y se dirige a casa de don Luis para comunicárselo sin poder dar otra precisión y llenando de angustia a toda la familia que no tienen medio de saber lo que le ha ocurrido a la hija y la nieta.

Mientras tanto en Madrid, el suegro, mi abuelo Ildefonso, con su hijo Fernando han acudido a la Estación de Atocha para recogerlas y allí se enteran del accidente y de que va a salir un tren en dirección al lugar para trasladar a viajeros y heridos. El suegro habla con los responsables y hace valer su condición de fiscal destinado en el Tribunal Supremo, para pedir que le dejen subir al tren. Se ha apoderado de ellos la angustia y el temor de lo que les haya podido pasar a las queridas viajeras.

Cuando el tren de socorro llega al lugar del accidente, anuncian a los viajeros que están indemnes que se trasladen a él. Maruja con el capazo de la niña y su maleta a duras penas avanza por el corto y oscuro espacio que separa los dos trenes pero una señora se ofrece a llevar conjuntamente el capazo. De repente nota que alguien se abalanza hacia ella y la abraza fuertemente; era su cuñado Fernando que se ha adelantado impaciente para buscarla entre los muchos viajeros que se dirigían al nuevo tren. Le domina la emoción y la alegría de encontrarla viva. El reencuentro con la familia es consolador y juntos, en el tren destinado para ello, vuelven a Madrid desde donde podrá llamar a su familia de Zaragoza. Antonio, su marido, mientras tanto, estaba de servicio en la Academia General Militar y solo se entera cuando todo ha pasado.

Como dice Maruja, Dios no la quería todavía con él, estaba destinada a una larga vida.

Assela Alamillo Sanz

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domingo, 22 de marzo de 2015 / 1 Comentario » / Por Equipo Matillas.org




Matillas también tuvo su riada (en los años 20)

Con las noticias que nos llegan del desbordamiento del Ebro, nos hemos preguntado si alguna vez hubo inundaciones en Matillas.

…Pues sí:

La más recordada data de hace un siglo, el 19 de Julio de 1920. Aunque hoy día no hay nadie que pueda testificar sobre aquello, sí tenemos algún testimonio escrito en Internet:

Ese trágico día una tormenta descargó con fuerza allí arriba, en la zona de la Sierra Ministra (entre Horna, Bujarrabal y Alcolea). El río Dulce empezó su serie de destrozos allá por Cabrera, donde se llevó toda la mies almacenda, además de pajares, gallineros y casas. En Pelegrina quedó gente aislada en zonas de tierra a modo de islas. Por su parte, cuentan que en Mandayona la guardia civil tuvo que subirse al tejado del cuartel. En el camino, el Henares llegaba a unos 7 metros y arrastraba una marea de cosechas, mieses, animales y vegetación río abajo.
En Matillas se llegó a inundar la estación de tren.

Aunque hoy día no tenemos testimonio de esa inundación en nuestro pueblo, Pepa Fernández (mi abuela), sí recuerda otra posterior de los años 20. Pepa nos comenta que la peor inundación de Matillas cubrió por completo la zona del barrio de la Estación y la Ribera.

Aunque entonces la gente se concentraba en Matillas La Vieja, en los pies de la fábrica -además de la estación- se repartían un puñado de casas: la del Fermín, el Juanón, la señora Sotera, el Bar, el economato de la fábrica…

El agua no tardó en buscar su sitio y consiguió zafarse por los callejones del Curri y por la zona del Barrio del Fénix. Allí metieron sacos de tierra, pero el agua finalmente los sobrepasó. Fue tal el peligro que hubo gente a la que tuvieron que rescatar y llevar al muelle de la Renfe, donde estarían más seguros esperando que bajara el caudal del río.

Pues bien, ese día el agua ocupó toda la ribera, desde la estación hasta el canal y más allá. Pepa dice que no se veían los ojos de los puentes de la cantidad de agua que bajaba. Pepa tiene grabada a fuego la imagen de los baúles, animales muertos y toda la maleza que arrastraba el Henares.

Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales.

Después de eso ha habido inundaciones, pero no tan fuertes como entonces.

 

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martes, 3 de marzo de 2015 / Comentarios desactivados en Matillas también tuvo su riada (en los años 20) / Por Equipo Matillas.org




Hemos encontrado el escondite del correcaminos

Así, como quien no quiere la cosa, nos hemos topado con su guarida:

Sssh, estan durmiendo

 

Ahí los tienen hivernando, alejados de lo que pasa ahí fuera… esperando que pase el mal tiempo para dejarse mecer por el viento.

(…)

Shhhhh… No hablen muy alto, no los vayan a despertar.

Guiño

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lunes, 19 de enero de 2015 / Comentarios desactivados en Hemos encontrado el escondite del correcaminos / Por Equipo Matillas.org




Una Cañada Real pasa por aquí al lado

Pastureo

Exactamente por Bujalaro.

De Norte a Sur cruza la Cañada Real de Andalucía a Soria (o también conocida como Cañada Real de las Matas).

Recorrido Caña Real de Andalucia a Soria

 

Una cañada es una ruta de dominio público y son inalienables, imprescriptibles e inembargables. Se han utilizado tradicionalmente para la trashumancia con el propósito de garantizar pastos alternativos al ganado. Sin embargo, su uso es cada vez más residual, quedando como rutas para senderismo y cicloturismo.

Según su tamaño se clasifican (de mayor a menor anchura) en: cañadas, cordeles, veredas y coladas. Además tienen también protección los abrevaderos, descansaderos o instalación anexas.

En Guadalajara hay 1.068 vías pecuarias, que se distribuyen en 201 Cañadas, 163 Cordeles, 160 Veredas, 297 Coladas, 68 Abrevaderos y 179 Descansaderos, con una longitud de 2.835 kilómetros y una superficie de 11.359 hectáreas.

En España existen 9 grandes cañadas reales, denominadas así por ser trazados de muy largo recorrido (más de 500 km) y discurrir principalmente en dirección norte–sur.

La que tenemos más a mano – a parte de de las Matas- es la Cañada Real Soriana Oriental, que con 800km sale de Soria y acaba en Sevilla. El punto más cercano pasa por Alcuneza y Almadrones, a unas leguas de distancia de Matillas.

Principales Vias Pecuarias España
Fuente Wikipedia

 

Sin embargo, y por lo que a nosotros nos toca, a un tiro de piedra tenemos la Cañada Real de Andalucía a Soria, a la cual seguramente confluye alguna vereda o colada de Matillas, como es el caso de la Calle Real (que de ahí –precisamente- vendría su nombre).

Camino Real

…Y por eso a la calle real se le llama así y no de otro modo.

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domingo, 9 de noviembre de 2014 / Comentarios desactivados en Una Cañada Real pasa por aquí al lado / Por Equipo Matillas.org




Matillas en guerra

¡Muchísimas gracias a María Ramos por las fotos!

Son una serie de dos realizadas durante la Guerra Civil en Matillas en los años 1936 y 1937.

Son impresionantes por su valor testimonial. En la primera, en una misa de campaña dentro de la iglesia:

Matillas Guerra Civil Misa de Campaña
Misa de Campaña en Matillas – Clic para ampliar

 

Y en la segunda, así nos lo contaba María al correo:

Es una foto encontrada entre las fotos de mi familia. Espero que la gente que visita esta página, pueda localizar la casa que se ve.

 

Matillas Guerra Civil

 

Creemos que podría ser la parte trasera de las escuelas, aunque si alguien cree que puede ser otro, que deje su comentario por aquí:

Escuelas Matillas Vieja

 

Para acabar, sembramos aquí la duda de si la primera foto podría ser la iglesia de Matillas, pues su organización y decoración defiere un poco de la iglesia que conocemos. Obvien los destrozos y derrumbes, pero fíjense en el techo, molduras y púlpito:

 

Comparacion Iglesia

 

En cualquier caso, ¡buen hallazgo, María!

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viernes, 20 de junio de 2014 / 1 Comentario » / Por Equipo Matillas.org




De por qué el Gurugú se llama así y no de otra forma

Como sabrán ustedes, en Matillas, conocemos por El Gurugú a la originaria fábrica de cementos El León, situada en lo alto de un cerro camino de Cendejas de La Torre*. Hasta aquí bien, ¿no?

Gurugu Matillas

Hecho este inciso, de un tiempo a esta parte nos hemos preguntado porqué hay otro Gurugú famoso allí en Marruecos¿Acaso hay dos Gurugús?

Pues bien, de Gurugús, no hay uno ni dos, sino hay unos cuantos repartidos por el territorio nacional. Tenemos en Cantabria, otro en Alcalá de Henares, en Badajoz e incluso en Sevilla

 

 

Entonces, ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?

Pues para ser sinceros, todo apunta a que el Gurugú original es el de Marruecos.

 

 

Ahora vamos a hacer un poco de pedagogía:

Como sabrán, el marroquí monte Gurugú ofrece una vistas espectaculares hacia la ciudad de Melilla y es el refugio de inmigrantes irregulares que esperan para poder entrar en la ciudad autónoma.

 

Gurugu Matillas
Gurugú desde la mar Chica CC BY-SA 2.0
Miguel González Novo from Melilla, España – Gurugú desde la mar Chica
Uploaded by ecemaml
 
 

Sin embargo, históricamente es recordado por haber sido el lugar donde a principios del siglo XX hubo feroces batallas entre las tropas españolas y los rebeldes rifeños de Abd el-Krim. En 1909 en El Gurugú murieron 7 oficiales, 136 soldados y más de 750 heridos en uno de los más dolorosos desastres de la historia del ejército español.

Así pues, aunque haya quedado en el olvido el recuerdo trágico de El Gurugú marroquí, su leyenda corrió de boca en boca avivando historias en una época donde los medios de comunicación estaban en pañales. Fue entonces cuando El Gurugú se convirtió en una poderosa leyenda que se enraizó en el imaginario y en el subconsciente popular.

 

 

Y fue a partir de la guerra de África cuando de forma espontánea y arbitraria a los picachos alargados, elevados y picudos algunos empezaron a llamarles Gurugú. Desde entonces la toponimia Gurugú suplantó la identidad de los nombres originarios, que se perdieron en los albores de los tiempos.

La palabra Gurugú se convirtió en un genérico, de igual forma que la palabra colacao, cocacola o tirita han pasado al léxico popular. En un proceso lingüístico similar, Gurugú pasó a servir como indicar un conjunto o una clase de productos con rasgos iguales o similares.

 

 

…ahora, hagan cuentas…

La fábrica de cementos El León se montó en 1909, precisamente el año de la gran tragedia. Y qué mejor forma de bautizarla que ese Gurugú que iba en boca en boca. El Gurugú para bautizar a esa montaña allí a lo lejos, inexpugnable e indescifrable para un pueblo que avanzaba a pasos agigantados al desarrollo industrial del siglo XX.

Y desde entonces la conocemos por Gurugú.

 

Más info

*Mal que les pese a profanos y extraños, el Gurugú pertenece al término municipal de Cendejas de La Torre, y no de Matillas, tal como vemos en los mapas:

Gurugu Matillas

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miércoles, 11 de junio de 2014 / Comentarios desactivados en De por qué el Gurugú se llama así y no de otra forma / Por Equipo Matillas.org




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