De pinote en pinote y tiro porque me toca
jueves, 7 de marzo de 2013 / 2.851 lecturas
Hace un tiempo, y en más de una ocasión, nos hemos referido a los pinotes de Matillas.
No es un tema nuevo, pero para refrescar la memoria les diremos que los pinotes son unos mojones artificiales que limitaban las lindes de la fábrica. No tenían mucha altura –poco más de un metro- pero con verlos ya sabías que lo que estabas pisando era terreno de la fábrica.
Antiguamente no hacía falta vallas porque virtualmente se trazaba una línea con el pinote anterior y el siguiente y ya se sabía que ese terreno era de la fábrica.
Pues bien, de toda esta historia nos quedan algunos pinotes en el barrio de Los Pozos, en muy buen estado. Y sobretodo nos los encontraremos en la ladera al este del Gurugú.
Y puestos a buscarlos, como Pulgarcito buscaba las migas de pan, pueden encontrar de sopetón toda una familia de pinotes repartidos por la ladera del Gurugú. Prueben a hacerlo. Allí, con una panorámica espectacular, pueden hacerse una idea de la línea que trazan los pinotes de la fábrica. Increíblemente, todavía se conservan en un estado casi virgen.
Suban a la ladera y resigan la línea de los pinotes, uno a uno. Busquen uno y el siguiente y el siguiente y el siguiente.
Es curioso adivinar la historia que encierran aquellos mojones de hormigón en medio del campo…
Nota: Sí, odiamos las vallas, que son un invento del demonio, y nos ponemos de mal humor cuando nos intimidan las vallas en la fábrica y al pie del camino de Baides ¿quién quiere ponerle puertas al campo?
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Este artículo fue escrito el jueves, 7 de marzo de 2013 a las 21:47 y está guardado en la categoría Curiosidades, Historia(s). Puedes seguir los comentarios de este artículo con el RSS 2.0 feed. Both comments and pings are currently closed.
