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Las bodegas de Matillas

martes, 7 de junio de 2011 / 2.742 lecturas

Una curiosidad que hemos tenido de siempre era saber porqué Matillas no tenía bodegas. Así como todos los pueblos tenían sus bodegas (…y frontón), a Matillas le faltaban sus bodegas para tener… solera.

Así que nos pusimos a investigar y –tras preguntar por aquí y por allá- resulta que sí, que ¡teníamos bodegas! Eso sí, no estaban en La Estación, si no en el pueblo-pueblo, o sea, en Matillas La Vieja.

Nos encaminamos pues a Matillas la Vieja y allí nos las topamos de frente, justo al lado de la casa de los Revertes y de la Chinchilla.

 

Lo primero que sorprende es que las bodegas están excavadas en la tierra, a modo de cueva y prácticamente a ras de suelo.

Eso sí, no hay una bodega igual a otra. Todas son absolutamente diferentes, aunque suelen conservar conservan un mismo patrón: una estrecha entrada que luego da paso a un túnel de una decena de metros. Algunas se ensanchan al final, otras no. Unas tienen escaleras, otras no. Unas son de piedra, otras no. Como ya hemos dicho, cada bodega es diferente a la siguiente.

Así pues nos adentramos en una de ellas:

 

Y aquí ven lo que son las bodegas: un túnel excavado en la tierra. El fondo no está muy lejos, a una decena de metros. Está absolutamente oscuro, y para andar en ellas tenemos que vigilar de no tropezar en lo poco que queda:

 

Las bodegas, aunque pueda llevar a confusión, no eran exclusivamente para criar vino, sino que eran una especie de despensa. Allí se guardaba las patatas y las legumbres a buen recaudo. Además se colgaba la matanza y viandas en tinajas con aceite. Tinajas para el vino y para mantener chorizos, costillares y lo que se terciara en un sitio fresco y seco.

Esto es, la bodega hacía de almacén para guardar lo que no se necesitara en el día a día.

De las bodegas no queda absolutamente nada, salvo algunos restos de expolios:

 

Como dijimos antes, las bodegas son únicas y diferentes entre sí: mientras que unas tenían las paredes terrosas pintadas de blanco:

 

Otras están hechas piedra a piedra:

 

Lamentablemente el éxodo masivo hacia La Estación hizo que las bodegas quedasen en desuso y abandonadas a su suerte.

Aunque hubo un intento de reutilizarlas en los 80 como criaderos de champiñones tras el cierre de la fábrica, las bodegas fueron abandonadas definitivamente. Fruto del invento de los champiñones quedan las estanterías de Mecalux y las chimeneas que practicaron en algunas de ellas, que originalmente no estaban allí:

 

Y ahora dejamos en paz el sitio con la certeza que sí, que Matillas tiene bodegas.

 

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Este artículo fue escrito el martes, 7 de junio de 2011 a las 19:13 y está guardado en la categoría Historia(s). Puedes seguir los comentarios de este artículo con el RSS 2.0 feed. Both comments and pings are currently closed.