Estos últimos días hemos observado como el acceso al Gurugú ha sido vallado para impedir la subida de ningún vehículo a la zona.
Sin embargo, todavía se puede acceder en vehículo por el camino de Cendejas de La Torre.
En principio, pensábamos que la entrada se había bloqueado para evitar que se usara como vertedero ilegal, sin embargo, al subir nos hemos encontrado con que las obras han continuado arriba.
En primer lugar, se han sellado las entradas superiores e inferiores de los hornos Hoffman. Vamos, que han tapiado las tres chimeneas del Gurugú. De esta forma, se intenta evitar que la zona sea el lugar de un accidente, pues al estar abiertas pudieran suponer un peligro a los visitantes.
Además del tapiado, se ha perimetrado la zona superior de los hornos con una valla para que nadie se acerque más de lo debido.
De este modo, los aficionados a la fotografía nocturna se van a quedar sin poder hacer más fotos como estas:
No tenemos constancia que las intervenciones queden aquí, aunque viendo la cantidad de material de obra presente, suponemos que aún queda tapiar o vallar alguna cosa más.
Según hemos podido conocer, estas medidas de seguridad (vallado, tapiado y perimetrado) no son obra del ayuntamiento, sino que sería una actuación de la propia Asland-Lafarge para cumplir la ley e impedir posibles accidentes en sus terrenos.
Cabe recordar que hay una normativa municipal (BOP de Guadalajara, nº. 238. Anuncio 3288. Martes, 17 de Diciembre de 2019) en la que obliga a los dueños de solares a vallarlos apropiadamente y tenerlos en condiciones razonables de limpieza. Si no se cumple la norma, la autoridad se reserva el derecho a actuar en consecuencia.
Precisamente por esto se vallaron también los terrenos de La Cerámica [1].
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