Vanessa Tena nos ha escrito una carta desde muy muy lejos:
¡Hola!
Os sigo desde hace muchísimo tiempo, y me apetece compartir con vosotros mi historia.
Nací en febrero del 85, en Guadalajara, ya que, por aquel entonces los niños y niñas matiegos nacíamos en el hospital.
Soy la menor de dos hermanas, y en casa todos somos y tenemos corazón matiego.
Poco después de que naciese, la fábrica de cemento cerró y destinaron a mi padre a trabajar a Sagunto.
Nuestra vida pasaba allí; y nos hacía ilusión tener vacaciones para ir al pueblo a pasar los días que fuesen; siempre cuantos más mejor.
La mayor parte de recuerdos de los veranos de mi infancia salen del pueblo; pasar el día con la bici de arriba a abajo, el olor después de una tormenta, oír los trenes pasar en la noche, las casas con las puertas abiertas y las cortinas de colores, comprar en la tienda de Pili, escuchar el reloj de la plaza, o comer un helado en el bar de Luís…
Los años fueron pasando, y la situación que atravesaba el país promovió a que mi pareja y yo nos exiliásemos para desarrollarnos profesionalmente.
Ahora hace más de dos años que vivo en Santiago de Chile, y sin duda el lugar que más he echado de menos ha sido Matillas.
Pensar en el pueblo me deja un nudo en el pecho y los ojos empañados.
Siento tremenda envidia sana cuando mis padres me cuentan que van unos días, o cuando descubro las nuevas fotos que subís en la página.
Hace muy poco tuvimos una noticia maravillosa:
En un par de meses, por trabajo, nos trasladaremos a Madrid.Cuando supimos que regresábamos a España, no dejaba de pensar en que volveré a poder compartir la vida cerca de mi familia, y que vamos a estar muy muy cerquita de Matillas ( pensad que cuando se vive a 11.000 km de allí, 100 km no son nada! )
Felicísima de volver cerca de donde tengo el corazón
Besos y abrazos desde Chile,
Vanessa
PD- Me encanta la página.
Bienvenida a casa, Vanessa.
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