Como ya muchos sabrán, los terrenos que correspondían a la Fábrica de Cemento se limitaban con unos pinotes que marcaban su perímetro.
En el barrio de los Pozos pueden encontrar unos cuantos, ya plenamente integrados en la arquitectura popular. Esos hitos marcan parte de nuestra historia, y habitualmente no llevan ninguna inscripción alegórica, pues su objetivo era funcional, no artístico.
A lo más que llegan a dibujar es a su fecha de construcción, como es el caso de uno cerca de la moderna antena de telefonía:
Pues bien, perdido por el monte encontramos uno con una inscripción ininteligible por el paso del tiempo. A duras penas descubrimos que alguien había escrito a mano algo sobre el hormigón aún tierno, como antes se solía hacer sobre el cemento reciente.
Nos preguntábamos que pondría ahí, si era un mensaje en clave o si sería algo más prosaico.
Tenía unas palabras en cada cara ¿sería un acertijo?
Y así estuvimos un rato para, después de darle muchas vueltas al monolito del derecho y del revés, darnos cuenta que su mensaje no era muy mágico:
“Fábrica…
…de cemento…
…Portland…
…de Matillas”
(CSI Matillas al ataque)
Como dice el sabio, No dejes que la verdad te estropee una buena historia.
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