Poco a poco perdemos el patrimonio industrial de Matillas.
Los espacios que quedaron abandonados después del cierre de la fábrica van cayendo uno tras otro.
Ya sean los años o simplemente el abandono, hemos visto desaparecer la iglesia de la fábrica, nos enteramos que el techo del Casino no existe y ahora hemos comprobado que el techo del Gurugú se desploma a pasos agigantados:
El tiempo y la desidia hace mella en los edificios singulares de Matillas. El Gurugú tiene los achaques propios de un edificio dejado de la mano de Dios.
Así lucía hace 10 años, en 2002:
Sí, el futuro es muy incierto (o cierto, según se mire).
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