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Está absolutamente Prohibido limpiar el río

Alimañas & calandracas

 

Y si no, que se lo pregunten a unos vecinos de Camargo (Cantabria) a los que se les ocurrió limpiar la ribera del río [1].

Los vecinos estaban hartos que el cauce del río presentase un estado de dejación absoluta con broza y maleza. El estado insalubre del cauce del río provocaba inundaciones, malos olores y proliferación de alimañas varias. A pesar de haber denunciado repetidamente este hecho a la Confederación, el organismo no atendió a sus quejas, por lo que estos vecinos decidieron limpiar el cauce que lindaba con su finca. Pues bien, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico les ha respondido con la incoación de un expediente sancionador

¿Las bases de la denuncia?
Hacer las obras en el río sin autorización pública de la Confederación. Esto es, además de haber reperfilado el cauce del río Collado, cerrar un parcela “en zona de policía y servidumbre de la margen derecha del citado río sin permiso de este organismo”. El cerramiento consiste en un pastor eléctrico (hilo con corriente) a 40 metros del suelo para evitar que sus perros cayeran al río.

¿La multa?
Sanción de hasta 6.000 euros.
Aunque resulte paradójico que un exceso de diligencia higiénica suponga sanción, cabe constatar que la parte del cerramiento de la finca es cuanto menos “menos discutible”.

Ahora hagamos de abogados del diablo: Estamos de acuerdo que es –cuanto menos- ridículo una sanción por limpiar el cauce del río, pero ahí estamos hablando de una actuación privada y discutible desde el punto de vista de la biodiversidad. La indolencia y la desgana pública no es óbice (mal que nos pese a todos) para actuar por motu propio. Lo siento mucho, la vida es así (no la he inventado yo)… y es que con la burocracia hemos topado, amigo Sancho.

Ya ven como está el tema, a medio camino entre la ley del embudo y el perro del hortelano, “que ni come ni deja comer”. Así que ya sabe, uno no se puede tener la limpieza por su mano.

Ahora… ¿qué hacemos con las hacenderas?

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