Desde que tenemos memoria siempre hemos visto el puente del río Dulce en los Molinos de esta guisa:
Así, a pelo, sin barandilla ni sistema de retención ninguno.
Pasarlo a pie o con bici no supone ningún merito, sin embargo, atacarlo con un automóvil es un poco… más complicado.
Cruzarlo en coche es más un acto de fe, como una prueba meritoria de Indiana Jones.
Pues bien, resulta que la barandilla sí existe: eso sí, está tumbada.
Por supuesto, bien cerquita tienen también la barandilla que hace de puente del río Henares. Otro que se las trae, la verdad:
Y es que en Matillas… ¡será por puentes!
(32)