¡Muchas gracias a Antonio D. por las fotos!
Hace mucho, mucho tiempo, cuando todo parecía mágico, los niños que ahora peinan canas se emocionaban con la chimenea engalanada para Navidad. Era una tradición ver la estrella que traía la ilusión a Matillas.
Esa estrella tan prosaica colgaba en una pasarela de la chimenea principal de la fábrica. Sin embargo, tal como se apagaron nuestros sueños también se apagaron los de la fábrica, y aunque desde los 80 la estrella no brillaría más, aún quedó allí recordándonos tiempos mejores.
Pero llegó el día en que alguien no vio la estrella como un símbolo, si no como chatarra. Y como el destino quiere que los recuerdos no rentan, decidieron desmantelar la estrella y su soporte.
Así que con la ayuda de una grúa telescópica expoliaron nuestro pasado y se llevaron el ciclón de la fábrica (un ciclón, así a grandes rasgos, es un armatoste pesadísimo con unos filtros que separan el polvo y las partículas en suspensión en el aire [1].)
Y así como viene el chatarrero a hacer limpieza, aquí la grúa estuvo todo el día dale que te pego hasta que no dejó rastro del ciclón. Y no se llevó la chimenea porque los ladrillos no cotizan, porque si no…
Ahora la fábrica luce tal que así:
… y así es como perdimos el recuerdo de aquellas Navidades iluminadas con la chimenea de la fábrica.
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