No sabemos si es cuestión de causalidad, o es casualidad, pero en estos meses se han ido desfaciendo algunos entuertos del quejódromo [1].
Vamos por las noticias buenas:
El espejo del cruce [2] ya lo tenemos de nuevo y el discutido contenedor [3] ha vuelto al redil. La foto que nos ha enviado Luismi así lo atestigua:
Ahora, las noticias malas:
Muchas protestas NO tienen visos de solucionarse (y lo que te rondaré, morena). Para mas Inri©, constatar que la mayoría de quejas vienen de temas de mantenimiento o de conservación de infraestructuras [1], no de demandas de nuevos servicios públicos.
De todas las quejas las que más destacan son las que protestan por el mal estado del pavimento: los socavones [4], boquetes o las aceras impracticables [5] son el pan nuestro de cada día.
Eso sí, algunas se han solucionado [6] (al estilo Matillas):
Érase una acera en carne viva. El cemento cuarteado había convertido la calle en una verdadera pista americana:
Al cabo de bastantes meses (¿1 año?), se decidió arreglar el pavimento. Lo primero fue quitar el cemento y dejar el suelo limpio. Así se hizo: los bloques de cemento a la chopera, y se dejó la calle en tierra viva, tal como era años ha.
Algún mes después, se pavimentó de nuevo el suelo. Eso sí, los cascotes de cemento siguieron en el terraplen.
Finalmente, tras unos meses, alguien pensó que sería buena idea recoger los escombros de la chopera. Así se hizo.
Tiempo total de las obras: medio año (mes arriba, mes abajo). Medio año para despejar el suelo, poner cemento y llevarse los escombros.
Y a Dios gracias. "Virgencita, virgencita, que me quede como estoy" [7]
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