Películas con sabor a Matillas
miércoles, 7 de febrero de 2007 / 1.944 lecturas
La vida en el campo se ha tratado habitualmente desde una vertiente paródica y jocosa. Por ejemplo, ahí tienen los anuncios de la Fabada Litoral y el del venerable anciano de Majaelrayo y su «¿Y el Madrid que? ¿Otra vez Campeón de Europa?». Por supuesto, no dejamos en el tintero las españoladas de Ozores y Cía, ya saben, cualquier parecido con la realidad… es pura coincidencia.
En este punto, merece mención especial la serie de televisión “Cronicas de un pueblo”, emitida a principios los años 70. Ya saben, una serie cargada ideológicamente en la bases del movimiento, donde no faltaban los pilares del pueblo: el alcalde, el cura, el cabo de la guardia civil y el maestro. Es más, puestos a ser cándidos, seguramente sean más genuinos los sketches de El Gañán de La Hora Chanante que cualquier aproximación de rancio sabor carpetovetónico.
En fin, puestos en antecedentes, podemos salvar dos películas que reflejan más o menos verazmente el espíritu rural.
Los solteros de un pueblo castellano, Santa Eulalia, organizan una “caravana de mujeres”. De ese primer contacto nacerán varias parejas. La película se centra en la convivencia de tres de ellas, con anhelos variados: desde la búsqueda de la estabilidad del hogar hasta la lucha contra una soledad demoledora.
La película se rodó en Jadraque, Cantalojas, Condemios de Arriba y Villacadima. Podemos reconocer fácilmente la tienda de Germán, el autoservicio al lado del Santander e incluso el interior del Burna.
A parte de por sus localizaciones, la película es destacable por un elaborado tratamiento dramático de los personajes y de la historia. Además, el reflejar de forma más o menos veraz las inquietudes rurales hacen de Flores de Otro Mundo una película a recomendar. El desarrollo sincero, intimista y atípico de la historia y como logra vehicular el discurso hacen que la película sea un oasis en la producción de cine español actual.
Aldealseñor es un pueblo de Soria donde tan solo viven hoy 14 habitantes. El documental narra como el pueblo se difumina inexorablemente.
Las situaciones, el tempo, el devenir de las cosas, los personajes, todo, o casi todo, transmite las sensaciones de un pueblo (cualquier pueblo). Vitalista y con mucho amor, El Cielo Gira consigue “filmar la quietud en su constante devenir”. Sin dramatismos ni sensiblerías, el paso lento de las imágenes nos imbuye a beber el ritmo pausado. El tiempo, literalmente, pasa. El tiempo se basa en la espera. Mientras tanto, hay que saborearlo. Aunque pudiera parecerlo leyendo estas líneas, no es ni una película contrariada ni doliente. Es más bien, todo lo contrario.
Y estas son las dos recomendaciones de cine que les hacemos desde Matillas.org. Evidentemente no son películas estrictamente comerciales (en el sentido más amplio de la palabra), y requieren que el espectador vaya más allá de una actitud meramente receptiva.
Por supuesto, si tienen alguna sugerencia más, no duden en comentarlo. Ah! No se alarmen, prometemos no ser tan serios a perpetuidad (palabrita).
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Este artículo fue escrito el miércoles, 7 de febrero de 2007 a las 20:32 y está guardado en la categoría Curiosidades. Puedes seguir los comentarios de este artículo con el RSS 2.0 feed. Both comments and pings are currently closed.